La importancia de los masajes linfáticos en la fisioterapia

El sistema linfático es uno de los grandes olvidados del sistema circulatorio, pero, desde la fisioterapia, es posible trabajar de forma manual realizando drenajes linfáticos que activan manualmente el líquido intersticial. Y es que, tratando de forma correcta determinadas partes del cuerpo, con la intensidad y el ritmo adecuado, podemos lograr grandes beneficios con fines terapéuticos, deportivos o incluso estéticos. Nuestro sistema linfático está relacionado con el sanguíneo y a través de él podemos trabajar para mejorar nuestro cuerpo.

La técnica de drenaje manual linfático

El drenaje manual linfático es una técnica que se caracteriza por la realización de distintos masajes que nos ayudan a evacuar las sustancias fluidas por medio de las vías que se abren para ello. Se trata de movimientos en círculos que se realizan de forma muy suave, pero efectiva, para aliviar diferentes patologías y ayudar a reabsorber edemas. Se trata de un masaje muy suave, pero no por ello menos eficaz, realizando movimientos muy sutiles que no crean fricción ni resbalan sobre la piel. Son manipulaciones que parecen caricias, pues se aplica la fuerza justa y en la dirección adecuada.

El masaje se hace con un ritmo pausado y armónico que permite un estiramiento longitudinal y trasversal de los vasos linfáticos para favorecer el automatismo y hacer que trasporten más líquidos, que ayude también a trasportar el líquido acumulado y a vaciar las cadenas ganglionares. La técnica consta de distintas fases:

  • Círculos fijos: esta primera fase consiste en presión y descompresión. Para empujar de forma gradual la piel y los tejidos.
  • Bombeos: una segunda fase donde se trabaja para lograr un empuje hacia adelante, siguiendo con movimientos compresivos y descompresivos.
  • Dadores y rotativos: Unas últimas fases donde se realizan movimientos para tratar las zonas musculares más amplias.

Los beneficios y la aplicación de de la fisioterapia en el sistema linfático

La fisioterapia aplicada en el sistema linfático tiene múltiples beneficios. Tiene una importante acción analgésica, pues activa las neuronas que inhiben los estímulos dolorosos a nivel medular. También cuenta con una acción tranquilizante, facilitando la relajación de la musculatura. Se cambia el sistema nervioso para facilitar que predominen movimientos lentos, monótonos y suaves. Es también antiedematizante, porque genera un efecto mecánico que imita los masajes en las zonas con tejidos sanos y, además es muy beneficiosa para nuestras defensas.

Y es que los masajes son, según la Real Academia Española, movimientos que consisten en presionar, frotar y golpear distintas partes del cuerpo para tratar ciertas patologías, y son muchas las corrientes científicas que relacionan esta acción aplicada al sistema linfático. Antaño queda la concepción de que no se debe masajear ni manipular los glangios, pues las nuevas corrientes señalan muchos beneficios y grandes posibilidades, un nuevo mundo en los distintos tipos de masajes más desarrollados.  El principal objetivo del masaje linfático es la activación de la circulación linfática y de los vasos para eliminar líquido intersticial y mejorar nuestro bienestar.

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