Diez cosas que no sabías sobre el dolor

La sensación de dolor es un mundo muy complejo que todavía continúa siendo algo enigmático incluso para la comunidad científica. Es una sensación que, muchas veces, nos resulta difícil de soportar y también de entender. ¿Por qué se produce y por qué nos genera tantas sensaciones contradictorias? Hay varios puntos clave que nos pueden ayudar a conocer mejor todas estas sensaciones que ocurren en nuestro organismo y que, también, nos pueden ayudar a soportarlo mejor, a sobrellevarlo de un modo más positivo.

¿Qué es el dolor y por qué se produce?

El dolor es una sensación que viene de nuestro cerebro. No se origina en la zona crítica, es decir, si nos golpeamos, el dolor no proviene de la zona golpeada, sino de nuestro cerebro. El dolor no surge en nuestro cuerpo hasta que nuestro cerebro no da la orden de que se produzca. Es nuestro cerebro, entonces, el encargado de enviar una señal a los tejidos que pueden haberse dañado con la contusión, golpe o enfermedad. Estos son los 10 puntos clave que desconocías sobre el dolor.

1. El dolor es un mecanismo de defensa

Sentimos dolor porque nuestro cerebro envía una señal, tal y como se ha adelantado anteriormente. Y es precisamente esa señal la que nos impide tener otras enfermedades o lesiones derivadas. Es, por tanto, un mecanismo de defensa.

2. La tolerancia al dolor. ¿Podemos ser más o menos tolerantes?

Las personas tienen distintas tolerancias ante el dolor. Cada individuo experimenta el dolor de un modo distinto, de tal forma que algunas personas tienen una alta tolerancia al dolor y otras una baja tolerancia. No es posible medir dicha tolerancia, pero sí que podemos saber la cantidad de fuerza que podemos aguantar antes de sentir dolor. Incluso es posible entrenarse para soportar más.

3. La preparación psicológica influye en nuestra percepción del dolor

Se ha demostrado científicamente, concretamente por parte de la Asociación Americana de Fisioterapeutas, que podemos prepararnos psicológicamente ante el dolor. Los estudios evidencian que las personas que son informadas previamente sobre un determinado dolor experimentan posteriormente menos dolor cuando lo sufren.

4. La salud mental influye en la tolerancia al dolor

Nuestra salud mental influirá mucho en la tolerancia que tendremos ante un dolor. Las variables psicológicas como la ansiedad o la depresión pueden alterar nuestra percepción y umbral del dolor. Los estudios también demuestran que si nos encontramos en un estado anímico bajo, menos positivo, nuestra intensidad del dolor aumentará significativamente; mientras que si somos más positivos sentiremos menos dolor.

5. El dolor afecta a la lateralidad

Nuestra lateralidad u orientación espacial se ve alterada si estamos ante un cuadro de dolor, es decir, nuestra capacidad para distinguir el lado izquierdo del derecho puede verse afectada si estamos sintiendo algún dolor. Esto se produce porque nuestras conexiones neuronales pueden verse alteradas.

6. Si hay más dolor, no tienen porque haber una lesión más grave

El grado del dolor que sentimos no se relaciona directamente con el nivel de nuestra lesión. La relación se da con el nivel de tolerancia al dolor. Ante una dolencia o enfermedad, unas persona sufren más que otras. Existe una gran personalización del dolor.

7. Las prótesis y el dolor

Si hemos perdido algún miembro es probable que sintamos un dolor denominado “dolor fantasma” en dicho miembro. Una vez más, estamos ante una cuestión psicológica puramente, pues es probable que nuestro organismo asocie dolor en ese miembro posterior a su amputación.

8. ¿Es bueno sentir dolor?

El dolor como una reacción psicológica de nuestro cuerpo ante una lesión es algo positivo. Aunque cada uno reacciona de un modo distinto, es importante sentirlo. Es la forma que tiene nuestro cuerpo de avisarnos de que hay alguna lesión. No obstante, conviene diferenciar entre dolor crónico y agudo. El crónico es aquel que se prolonga durante más de 6 meses y que no se consigue tratar con medicación.

9. Nuestro entorno influye en nuestro dolor

Una vez más la psicología influye. Si estamos en una situación de estrés, nervios o ansiedad somos más propensos a tener una baja tolerancia al dolor. Esto se debe a otra reacción protectora de nuestro cerebro. El cuerpo sabe que hay una situación de peligro y reacciona con una mayor alarma.

10. El diagnóstico de enfermedades

Cuando hay dolor, lo más común es que exista alguna enfermedad o patología. No obstante, muchas veces resulta complejo realizar un diagnóstico que nos permita descubrir las causas del dolor. Y es que, tal y como hemos adelantado al comienzo, el dolor continúa siendo, en muchos casos, un misterio. Lo que sí es sabido es que el dolor proviene de nuestra mente y que hay un gran componente psicológico.

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