Fisioterapia en el deporte de élite

Todos hemos visto, al menos en televisión, las hazañas deportivas de multitud de atletas. Desde maratonistas capaces de correr grandes distancias en tiempos insólitos, pasando por los goles de los jugadores de nuestros equipos de fútbol favoritos, o viendo como Nadal -ese estratosférico Nadal- es capaz de meterse en el bolsillo su duodécimo Roland Garros. Todos ellos son personas que exigen lo máximo de sus capacidades mentales y deportivas. Son deportistas de élite.

Conseguir estos hitos deportivos no sólo precisa de un deportista excepcional, sino, además, estar rodeado de un equipo multidisciplinar que ayude al atleta a conseguir las metas propuestas en cada momento. Nutricionistas, cardiólogos, psicólogos y fisioterapeutas son sólo algunas de las especialidades en las que se apoya el deporte de élite para conseguir la excelencia.

La fisioterapia, concretamente, tiene como objetivo fundamental la prevención de lesiones. Con un buen trabajo en esa línea, el deportista no tendrá que rehabilitar y, por tanto, estará siempre en las mejores condiciones, por lo que mejorará su rendimiento deportivo, elasticidad, adaptación a los esfuerzos y, además, su estado psicológico y anímico se verá potenciado.

Cuando hablamos de deporte de élite, el objetivo fundamental es conseguir los mejores resultados y, para ello, el deportista debe poder ser capaz de llegar a niveles de exigencia máximos.

Es aquí donde el/la fisioterapeuta cobra especial protagonismo, debiendo conseguir un buen trabajo de rehabilitación para que el deportista esté lo más rápidamente posible en las mejores condiciones tras una lesión y, sobre todo, como ya hemos comentado, realizando las labores de prevención exigidas.

Es por todo ello por lo que el/la fisioterapeuta debe de poseer una gran formación y, sobre todo, dominar determinadas técnicas que le serán de gran ayuda en el desempeño de sus funciones, y más a estos niveles donde el nivel de exigencia -no sólo del atleta, sino de cada miembro del equipo- es máximo.

A todo esto, cabe añadir que debe ser un/una profesional resuelto y saber adaptarse y dar soluciones a los problemas que vayan surgiendo en el desempeño de sus funciones.

Ahora sabemos que tras una gran marca, tras un gran logro deportivo, se halla un buen puñado de profesionales, también de élite, que luchan por conseguir, junto al deportista, las metas más altas posibles.

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